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With deep love and gratitude for his life, the family of Santiago Marcelino Ortiz Martín mourns his passing on March 24, 2025, at the age of 89, in San Angelo, Texas. He was born on July 25, 1935, in Havana, Cuba, the son of "Tito and Juanita."
Santiago was an exceptional man—always smiling, charismatic, and with a unique ability to connect with others. His empathy, leadership, and passion for teaching left an indelible mark on the lives of everyone who knew him. For over 40 years, he dedicated his life to educating thousands of young professionals, many of whom remember him as a mentor who inspired them to achieve excellence.
A devoted protector of his family, he shared 67 years of unconditional love with his wife, María González, whom he affectionately called Nenita, until her passing in 2021. He never overcame her loss, and today, his family finds comfort in the hope of their eternal reunion.
Throughout his life, Santiago overcame numerous hardships, starting in a humble home in Cuba and working in various trades from a young age. His perseverance led him to become an accountant, economist, and university professor at the University of Havana. In his later years, he continued to make a difference as a business consultant in Venezuela.
He is survived by his son René Eduardo, his grandchildren Elizabeth, Marianna, and Samuel, his great-granddaughter Isabella, his brother Rene John, Cesar, and Sissy, whom he considered his own children, his daughter-in-law Lorena, and other close family members. He is also fondly and respectfully remembered by all his friends, relatives, and former students.
The family invites you to a visitation and funeral service on Wednesday, March 26, from 4:00 p.m. to 8:00 p.m. at Johnson's Funeral Home, where we will celebrate his life and legacy.
The family expresses their heartfelt gratitude to the doctors, nurses, and staff at Shannon Medical Center for their dedication and unwavering support during these difficult times.
Santiago will live on in every lesson he imparted, in every smile he inspired, and in every heart he touched.
Con profundo amor y gratitud por su vida, la familia de Santiago Marcelino Ortiz Martín lamenta su fallecimiento el 24 de marzo de 2025, a la edad de 89 años, en San Ángelo, Texas. Nació el 25 de julio de 1935 en La Habana, Cuba, hijo de "Tito y Juanita."
Santiago fue un hombre excepcional, siempre sonriente, carismático y con una habilidad única para conectar con los demás. Su empatía, liderazgo y pasión por la enseñanza dejaron una huella imborrable en la vida de todos los que lo conocieron. Durante más de 40 años, dedicó su vida a formar a miles de jóvenes profesionales, muchos de los cuales lo recuerdan como un mentor que los inspiró a alcanzar la excelencia.
Defensor inquebrantable de su familia, vivió 67 años de amor incondicional junto a su esposa María González, a quien cariñosamente llamaba Nenita, hasta su fallecimiento en 2021. Nunca superó su partida y hoy, su familia encuentra consuelo en la esperanza de su reencuentro eterno.
A lo largo de su vida, Santiago superó numerosas adversidades, comenzando en un hogar humilde en Cuba y trabajando desde niño en diversos oficios. Su tenacidad lo llevó a convertirse en contador, economista y profesor universitario en la Universidad de La Habana. En sus últimos años, siguió marcando la diferencia como consultor de negocios en Venezuela.
Le sobreviven su hijo René Eduardo, sus nietos Elizabeth, Marianna y Samuel, su biznieta Isabella, su hermano Rene John, Cesar y Sissy, a quienes consideró como a sus propios hijos, su nuera Lorena y demás familiares cercanos. También lo recuerdan con cariño y respeto todos sus amigos, familiares y exalumnos.
La familia invita a un servicio de velación y sepelio el miércoles 26 de marzo, de 4:00 p.m. a 8:00 p.m., en Johnson's Funeral Home, donde celebraremos su vida y legado.
La familia expresa su sincero agradecimiento a los médicos, enfermeras y al personal de Shannon Medical Center por su dedicación y apoyo incondicional en estos momentos tan difíciles.
Santiago vivirá en cada lección que impartió, en cada sonrisa que inspiró y en cada corazón que tocó.